Más allá de los resultados adversos frente a Brasil y Canadá en las dos primeras presentaciones en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Fernanda Pereyra vive su propio sueño y también se lo transmite a las personas que estuvieron junto a ella desde sus inicios en el vóley y también en el beach vóley, la disciplina que la llevó a estar ante los ojos de todo el mundo.
Agustina Almarcha es una de ellas. Es quien dio los primeros pasos junto a Fernanda en una especialidad que hace unos años era poco común en San Juan pero que las llevó a los primeros planos nacionales. “Jugábamos al vóley indoor en UPCN, en la Primera, y una temporada de verano empezamos en los torneos de beach que servían como pretemporada o para juntar plata para algún club. Esos campeonatos tenían la particularidad de que no había muchas duplas femeninas porque las chicas no se inscribían”, contó a La Excusa Deportiva.
Luego, con el correr del tiempo, hubo más torneos y creció la cantidad de equipos que empezaron a participar. Junto a Fernanda sumaron victorias y, a través de un ranking provincial, clasificaron a los Juegos de Playa en Las Grutas, Río Negro (foto de ariba). “En ese torneo no sabíamos las técnicas del beach vóley y las chicas de otras provincias nos decían que se notaba mucho que no teníamos conocimientos de esta especialidad, era todo diferente”, detalló Agustina entre risas.
Sin embargo, después de esa experiencia en el Sur argentino las chicas de la dupla sanjuanina se entusiasmaron, se prepararon jugando torneos más desarrollados en Mendoza y Córdoba, y llegaron a una nueva edición de los Juegos de Playa, en Entre Ríos, que sería clave en la vida de Fernanda.
“En ese certamen, Ana Gallay representaba a la provincia anfitriona y ahí conoció las condiciones que tenía Fer. Recuerdo que la invitó a una concentración con la selección argentina en Mar del Plata y quería que se fuera directamente desde Entre Ríos, pero Fernanda le dijo que la bancara unos días porque hacía una semana que no estaba con su familia en San Juan. Luego viajó y al entrenador le re gustó como jugaba. Ahí empezó todo”, relató Agustina, quien sigue ligada al vóley indoor no solo por ser jugadora, sino también porque es la esposa de Martín Ramos, el excentral de UPCN que por estos días también se encuentra en Tokio con la selección argentina.
Luego de la derrota de la dupla albiceleste por 2-0 ante Canadá, Agustina hizo un análisis (poco objetivo según ella por el cariño que le tiene a Fernanda Pereyra) y afirmó que “lo que más sobresale de Fer es el crecimiento y el progreso que tuvo desde que empezó. Es impresionante. En lo técnico y en lo táctico y también en lo físico y en lo mental. Se notó mucho”.
Agustina también dijo que la dupla Pereyra-Gallay “puede jugarle de igual a igual a parejas que llevan años o juegan desde muy chicas. Me gusta mucho porque disfrutan los partidos más allá de que Canadá, en este caso, tenga una diferencia más amplia. Siempre que hacen un punto lo festejan con todo y no es para menos, por eso lo disfruto mucho”.
Por último, quien fuera la primera compañera de la olímpica sanjuanina, reconoció que practicar beach vóley en la provincia no es fácil, pero se ilusionó a futuro. “Creo que Fer puede aportar muchísimo a incentivar el crecimiento de este deporte en la provincia y también que se conozca, sobre todo en la rama femenina”, finalizó.